Los que me conocen de cerca saben de mi pasión por la música y por el afecto especial que tengo a Pink Floyd. Es fácil ser su fan, son un auténtico icono del siglo XX, no me considero especial por ello. "Us and them" es una canción con un claro contenido belicista, incluso en su título, que contrasta con la suavidad musical del tema.

Y toda esta introducción es porque he estado meditando (y compartiendo reflexiones) sobre una de las actitudes organizativas más comunes y dañinas que existen y que es fácil que hayas podido vivir. Actitudes venenosas, el nosotros y el ellos (y por eso la canción), el enemigo y demás lenguaje belicista... y cómo de fácil es caer en eso.

Es una de las cosas que más unen, por eso es sencillo. El "enemigo común". Estamos aquí para "vencerle", para "derrotarle" o incluso con cierto aire victimista, para "defendernos de él", como si nos quisiera algún mal personalmente. Entonces, nos movilizamos.

Hemos confundido el enemigo con el propósito, aunque para el caso, tanto da. Se ha convertido en un sucedáneo que marca una dirección, sea de ataque o de huida. Un substituto sencillo que viene de perlas. Es mucho más fácil explicar en negativo que en positivo. Señalar un contrario que no construir un discurso y un camino.

Ese ejercicio casi de psicología inversa también es lícito para desmontar la situación. ¿Hay alguien que no quiera tener claro hacia dónde vamos?, ¿alguien que no desee que su trabajo tenga un significado y aporte un valor diferencial?, ¿quizá no disponer de un entorno seguro y nada agresivo donde sentir que todos tienen voz y pueden hablar con claridad? Pero al contrario, esos entornos cuasi belicistas no son para nada claros (con reuniones a puerta cerrada y mensajes a guardar) y generan ruido y caos que no ayuda a nadie a sentirse significante y seguir un objetivo.

Sin embargo, caemos y caemos en ello.

Hay varias razones que podrían llevarnos a la situación: podría ser por falta de conocimiento para afrontar la situación ideal, podría ser ausencia de alineamiento o de mensaje, o podría ser por simple miedo a la pérdida del control por parte de los diferentes grupos implicados. Unas y otras, con perspectiva, no son más que excusas. Frases hechas que llevan a situaciones inefectivas: "como no sé qué hacer, no hago nada", "siempre se ha hecho así", "eso no es mi responsabilidad" o "eso es responsabilidad de ellos", o una de las peores, "aquí no funciona así". Es imposible construir sobre ello.

Es importante detectar, desde el yo, cuándo esto está sucediendo. Cuándo uno se está moviendo más por sentimientos negativos hacia algo que por un propósito, sea del todo compartido o más personal. Y en el caso de detectarlo, parar, y hacer un ejercicio de evaluación de la situación.

Al fin y al cabo, sólo tenemos verdadero control sobre una fracción muy pequeña de nuestras preocupaciones y ocupaciones, podemos influir en otro pequeño grupo, pero la gran mayoría es completamente impredecible e incontrolable. No perdamos el tiempo enfocando incorrectamente lo poco que es verdaderamente nuestro.


unsplash-logoFoto de portada de James Pond