Esto ya no hay quien lo pare
No lo he aprendido hoy, pero acabo la semana con esa sensación. De hecho, las palabras fueron pronunciadas en un ambiente muy adverso. Y no las pronunció precisamente un fan del cambio.
Cuando se pone la energía suficiente, en comunidad, suceden grandes cosas, me he hartado de repetirlo. Ademas, desde el punto de observación, se pueden ver otras pequeñas realmente deliciosas.
Hoy me han hecho un regalo. A mí y al equipo. Una cosa, un totem, un substituto mejor de algo que ya teníamos de una manera algo precaria y que amábamos. Un símbolo más sólido de que esto ya no hay quien lo pare.
Gracias, P.