Hará un año aproximadamente hice el curso oficial de Management 3.0 + workout, de Jurgen Appelo, a manos del gran Ángel Medinilla. Antes de entrar en materia: muy recomendable todo y todos. Muchos pensarán que es un curso que se hace por el diploma, como tantos otros, por aquello de vestir el currículum. Pero hay que reconocer que es un conjunto de herramientas, prácticas y, sobre todo, maneras de pensar en cuanto a liderazgo, que vale la pena conocer y tener disponibles.
Los asistentes nos mezclamos y presentamos en varias ocasiones. Ese socializar y compartir formaba parte del evento. Y, de entre todas las herramientas que utilizamos para facilitar esto, una llamó poderosamente mi atención. No diré que fue una iluminación, pero me hizo reflexionar y la he mantenido conmigo.
Hablaba de superhéroes. De una u otra manera a todos nos gustan o nos han gustado, o hemos tenido alguno preferido. Con identidad secreta o no, y con un nombre-etiqueta. Pero un superhéroe no es la etiqueta, un superhéroe tiene una perfil, una misión o cometido, superpoderes y archienemigos. Y así es como nos invitó a describirnos. Más allá de las etiquetas.
Los títulos en tarjetas, LinkedIn, o en una jerarquía significan poco o nada en absoluto.
¿Qué significa ser Head of lo que sea, o Lead otra cosa, o Manager of, o Director, o tantos otros cargos que podemos escribir en una tarjeta, en LinkedIn o en un árbol jerárquico en la intranet de la compañía? Casi todos convenimos que poco o nada. A no ser que sea para mostrar un cierto status u otorgar algún "poder cósmico".
Mi perfil es de facilitador, de acompañante, de entrenador, de dinamizador, incluso de cuenta-cuentos o "charlatán", por así decirlo. Mi misión es ayudar a equipos y compañías a aportar más valor, más rápido y mejor, siendo más felices por el camino. Es algo que me hace sentir realmente bien cuando sucede. Mis superpoderes son casi mi perfil: mis conocimiento del mundo de la agilidad, un cajón lleno de juegos y técnicas (y una bolsita llena de céntimos que siempre llevo encima), un buen bagaje en el mundo empresarial y un pasado (y presente) tecnológico, capacidades de relación y de comunicación. Y mis archienemigos son la resistencia irracional al cambio, las cabezas cuadradas y los "Doctores No".
¿Tiene todo esto algo que ver con el título que tenga o haya tenido en algún momento de mi vida laboral? Completamente, bastante, algo o nada, según se quiera entender.
En muchos casos, te definirá mucho más "lo que haces" que "lo que dice tu título que haces"
La reflexión final es que un título, eso que pone en tu tarjeta o en LinkedIn, no te define. No es tu aportación de valor, no es con lo que puedes sumar a una compañía o a la sociedad. De hecho, en muchos casos, te definirá mucho más "lo que haces" que "lo que dice tu título que haces". Y eso es grandioso.
Te invito a definirte como superhéroe, a buscar eso que realmente eres. Tiene bastante que ver con aquello del Ikigai que describía en el post de El Propósito. Y, si quieres y puedes, compártelo. Hay veces que sólo poner en palabras algo que tenemos dentro ya nos ayuda a mejorar.
Foto de portada de TK Hammonds
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