No sé qué es lo que tienen las ideas que realmente nos llenan, que están ahí siempre, viendo pasar el tiempo, como una pared de roca que contempla impasible el paso del tiempo, por mucho que el viento, o el agua, la erosionen.
Hace dos años escribía otro post llamado "Humildad", pero con un enfoque completamente diferente a lo que me trae hoy aquí. En cualquier caso, no deja de ser curioso que el pensamiento se repita.
Reflexionaba hoy sobre toda la gente a la que durante mi carrera laboral he ayudado a crecer. Hay un puñadito en que el progreso es tan obvio que asusta y otro puñadito, conjunto superpuesto con el primero, que aún después de años tienen palabras bonitas hacia mí y lo que hicimos juntos. Es de los mayores regalos que me llevo y me llevaré.
Lo que daba vueltas a mi mente era si había un factor común propio de los individuos que me había permitido ser acompañante (coach) y mentor -diferencia que ya da para otro post- de manera efectiva logrando un cambio y un progreso. Y, sinceramente, creo que realmente lo hay. Disclaimer: lleva desde el principio en el título. Ese ha sido el patrón, exactamente siempre el mismo.
Personas que no tienen miedo a mostrarse vulnerables, a reconocer errores, a discutir de igual a igual y cambiar de opinión sin rastro de rencor ni suspicacias, que establecen relaciones paritarias donde el feedback es dado de forma adecuada y recibido siempre con el corazón abierto y, a la vez, seres humanos capaces de alegrarse por los éxitos logrados, que celebran, que reconoces cuando les ha salido bien y lo sienten y viven sin reprimirlo.
No le había dado mucha importancia a esto último, pero viéndolo en retrospectiva y habiendo pasado ya bastante más de una década, creo que es importante. A veces la supuesta falta de modestia podría parecer algo a evitar. Pero es justo eso: supuesta y podría parecer. Los éxitos ha que saber celebrarlos, hay que vivir ese momento de subidón de saber haber hecho algo bueno, algo que te mueve más allá de tus límites, o que te encamina en el propósito. Y me estoy centrando en lo individual, pero multiplíquese en el caso de lo grupal, de lo que concierne al equipo.
Si reconocer nuestros errores nos prepara a obtener lecciones de ellos y crecer, saber ver nuestros éxitos nos fija aquello que funciona, nos inyecta moral para continuar y nos refuerza en el camino. Así que, si tuviera que decir qué han tenido todas esas personas que me han cedido el honor de poder acompañarlas de una manera u otra en su crecimiento, te diría que humildad, modestia no, humildad.
Foto de portada de Markus Spiske
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