El tema de las estimaciones o de su ausencia está siempre a la orden del día en cuanto a los equipos ágiles se refiere. El “Sistema” sigue queriendo saber cuándo estarán “las cosas”, tener “un plan”… incluso algunas cosas más oscuras, como poder “medir” el “rendimiento” de cada uno de los miembros del equipo.

Más allá de todas esas prácticas entrecomilladas y, en cierta manera, anti-ágiles, hay ciertas preguntas e inquietudes que son lícitas y razonables.

Mientras mantengo de forma perenne esto en mi cabeza, he empezado a darme el gustazo de llevar todos los días a mis hijos pequeños al colegio. Menudos dos eventos más dispares, diréis, y no sin razón. Pero ha habido algo que me ha hecho meditar sobre el tema.

Era una mañana de los últimos días, con el otoño ya encima y varios días anteriores de tormenta. P, de poco más de tres años, en esa edad tan bonita en que empezamos a ser personas y hacer uso de la razón, miraba al cielo y me decía: “está gris, va a llover, y por la noche habrá truenos”. Yo miré al cielo, realmente no estaba gris, no había ni una nube. Estaba amaneciendo, sí, y el color del cielo era algo cenizo, pero más por la falta de luz que porque estuviera cubierto.

La cabeza de mi hijo estaba operando claramente en modo “yesterday’s weather“. Cuando ha visto cielos grises, ha llovido y, en la mayoría de ocasiones, con tormenta. Además, en su corta vida, las tormentas nocturnas le han asustado, con lo que para él es un recuerdo asociado aún más fuerte.

Se habla de yesterday’s weather en XP, se habla de yesterday’s weather en Scrum, como prácticas que nos ayudan a, con cierto grado de acierto, predecir iteraciones posteriores en base a nuestro conocimiento de lo sucedido en las previas.

La reacción de mi hijo me dejó claro cómo de importante es entender que la práctica en sí misma requiere de experiencia y afianzamiento. Para mí, con unos cuantos años más de experiencia y tiempo (atmosférico) vivido, era obvio que no llovería. Pero desde su punto de vista, lo contrario también era obvio. Con nuestra información y experiencia, ninguno de los dos estábamos equivocados. Incluso una discusión al respecto sólo podría acabar de una manera que podría incluso sonar a falacia de autoridad. ¿Y sí después de todo llovía?

En conclusión, yesterday’s weather funciona de verdad para poder responder a las preguntas lícitas y razonables que nos hacemos alrededor de los productos ágiles. Pero aún así, requiere de ganar experiencia, de vivir muchos momentos, de mucha humildad ante el error y, sobre todo, de que todos los actores entiendan el error inherente en una práctica como esta.