Hemos acabado nuestro primer sprint. Llamémosle sprint 0. No ha sido el mejor. El planning fue fatal. Ni tan siquiera ha durado lo que tenía que durar, porque usamos tiempo para formar al equipo.

Pero lo hemos hecho. Lo han hecho, yo sólo he intentado facilitarles las cosas. Y el momento de la tarde en que, ya cumplidas todas las liturgias, hemos podido dedicar unos minutos a reír, divertirnos, brindar y comer, ha sido tremendamente energizante.

Mi consejo de hoy: sobre todo al principio, pero sin falta en adelante, celebra lo que vaya bien. Porque lo fácil es señalar y criticar los malos momentos, cuando están pasando cosas asombrosas ante ti continuamente.