Uno de los valores de la agilidad es el desarrollo sostenible. Entendido por la capacidad de mantener en el tiempo la entrega de valor a un ritmo constante (o acelerado, si es posible) y con un nivel de calidad adecuado, de manera indefinida.
Este es un post de preocupación. Y es una preocupación máxima, porque es relativa a otra de las claves de la agilidad: las personas. Estas son las que han de formar equipos asombrosos que mantengan ese desarrollo sostenible.
Esta mañana debatía un rato con un antiguo compañero, desarrollador de corazón, que ahora está en la aventura de su propia compañía de servicios de desarrollo de software. Compartíamos visión de que el mercado del desarrollo en Barcelona está en un momento muy delicado. Él, que ha estado operando también en Madrid, decía que incluso aquí es más extremo.
He perdido el artículo donde lo leí, y sé que eso es de tarjeta amarilla, pero parece ser que el tiempo medio que un desarrollador pasa en una compañía en Barcelona es de seis a ocho meses. Tiempo que se me antoja del todo insuficiente para ni siquiera, en muchos casos acabar de entender completamente dónde se está, cuál es la visión completa, entender todos los recovecos de la organización y los porqués de las cosas.
Además, ser desarrollador está de moda, con lo que puedes encontrar cientos de bootcamps que te prometen convertirte, desde la nada, en full-stack developer en seis meses. Entiéndase, hay personas realmente talentosas, que lo conseguirán (quizá lo habrían conseguido por ellas mismas también), y también hay grandes formadores y cursos que bien valen la pena. Pero para el común de los mortales, seis meses de curso jamás le convertirán en un experto en nada.
Y en un "mercado" saturado de expectativas y con una rotación altísima, añadimos el hecho de que es deficitario en oferta (se necesitan muchos más desarrolladores de los que hay), tenemos una tormenta perfecta.
¿Cómo se convence a un veinteañero, en su primer o segundo trabajo, quizá tercero, que ha ido saltando cada seis meses de proyecto, de que ha de quedarse más y de que sus expectativas salariales son quizá demasiado altas, cuando la realidad es que puede dar otro salto, hacia otro lado, por más dinero y casi cuando quiera? Es realmente difícil.
A mí amigo y a mí, quizá porque criamos ya canas, nos parecía que se está formando una burbuja y que en algún momento explotará. De ahí mi preocupación, de cómo pasaremos de un problema de fidelización del desarrollador con su proyecto, a uno de una generación con unas expectativas laborales que potencialmente serán imposibles de conseguir.
Gracias por la conversación, Cristian. Me quedo con la preocupación, por otro lado.
Foto de portada de MayoFi
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